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jueves, 27 de agosto de 2009

Visita a Zarcero

Muy entusiasmados por la invitación de los hermanos Otoya de Zarcero tomamos la decisión de dirigirnos allá para conocer sus invernaderos y las técnicas que por casi veinte años, según nos cuentan, han aplicado en la construcción de invernaderos.



Templo católico de Zarcero

El viaje desde mi casa tomó cerca de tres horas, aunque no era necesario, porque para llegar a Zarcero se necesitan no más de dos horas pero por atender la sugerencia de un amigo para que siguiéramos una ruta que, según el, era expedita, resultó ser todo lo contrario.

En todo caso, no fue del todo inútil el largo trayecto porque, por lo menos me sirvió de paseo, conocí rinconcitos adorables de mi país en los que jamás había puesto un pie.

Un detalle agradable, fue que como íbamos con José Luis, el maestro de obras y Don Antonio, el soldador, ellos -como acostumbran tomar una merienda a la media mañana- decidimos invitarlos a tomarla en el mercado de Naranjo, lo que resultó fantástico, porque eligieron una pequeña sodita donde cada bocado fue un manjar de reyes, salimos muy satisfechos.

En estos mercados de mi país, se come delicioso y baratísimo, además de que se entra en contacto con situaciones muy sencillas y agradables de la vida diaria de trabajadores agrícolas y ganaderos, de comerciantes y personal de servicios.

Tenía años de no visitar Zarcero, no recordaba lo hermoso del paisaje ni la belleza de su parque central, un parque cuyos árboles de ciprés han sido modelados en forma de animales de todo tipo por el Sr. Evangelista Blanco Brenes desde hace décadas, quien delegó -recientemente- este trabajo a su hermano Benedicto, que fue con quien pudimos conversar unos minutos, gente muy agradable, sencilla y trabajadora.

Benedicto Blanco Brenes

Evangelista Blanco Brenes

Los hermanos Otoya nos encontraron en el parque y luego de unos minutos de plática nos invitaron a visitar uno de los invernaderos que construyeron recientemente. Fueron generosos en la información que no suministraron y quedamos con Gerald, el hermano menor, me imagino, en que visitaría el nuestro para asesorarnos en la etapa final de la construcción.

Hoy jueves, dos días después de nuestra visita a Zarcero, topamos con la agradable y oportuna sorpresa de que Gerald nos visitó; de nuevo, fue tan generoso y eficiente como lo fue durante nuestra visita.

Tomando decisiones

Parece mentira, pero hasta para seleccionar un tornillo se toma una decisión y ni qué decir de temas más serios como decidir atender una recomendación de un técnico o no.

La experiencia de construcción del invernadero ha estado plagada de decisiones que se presentan a diario casi como urgencias a menos que uno aprenda a tener la cabeza fría y sepa qué realmente urge y qué no.

Esto, lo de tener la cabeza fría, se puede poner difícil por diversos motivos y vaya a usted a saber si un dolor de estómago le puede a usted provocar tomar una mala decisión que lamentará por mucho tiempo.

En fin, que la presión es grande en la medida que uno le permita a los acontecimientos tomar control sobre su razón.

Por eso digo, parece mentira que hasta algo como esta hermosa actividad de la agricultura en hidroponía pueda convertirse para algunos en fuente de tormento.

Bien, y eso lo digo no porque lo sea para mi, me he pasado la vida creando y para mi este proyecto es nada más una nueva oportunidad para continuar haciéndolo, pero para algunos de los involucrados en nuestro proyecto ha sido una fuente de tormentos y es una lástima porque no parecen disfrutarlo, jeje.

Bien , hoy es jueves y casi termina la semana, el fin de semana nos distraerá de la actividad y el lunes veremos todo más claro.

domingo, 23 de agosto de 2009


Deseo aclarar que este proyecto lo he colocado aquí no porque sea nuestro sino porque es una tecnología extraordinaria para desarrollar en áreas rurales, ya sea con niños, jóvenes o ancianos. Aquellos de ustedes que deseen conocer más sobre este proyecto, hagan click en el nombre de la autora la Srita. Claudia Arbillaga que se muestra debajo de la presentación.

sábado, 15 de agosto de 2009

Bitácora: Página IV En serio ¿estás lista?

Qué buen chiste! ¿Lista para empezar a sembrar? Eso tengo que verlo para creerlo.
Pues si, les soy sincera, todavía -al día de hoy- no he colocado una sola semilla en el semillero.
Por qué no? Pues por un razón principal: Nos ha tomado más tiempo del que esperábamos la construcción del invernadero.
Tenía intención de ir experimentando con algunos cultivos pero no tiene mucho sentido, porque necesito las condiciones reales en las que voy a cultivar, es decir, bajo condiciones climáticas controladas y es que, si de algo nos "enorgullecemos" en mi tierra, es de lo poco controlado del clima, así nada qué ver, tendré que esperar a tener el invernadero listo.
Pero bien, cada etapa ha tenido su particularidad, su encanto y su locura.
Esta etapa de la construcción del invernadero, dice mi hermano que es la más fea, pero bien, yo no la llamaría fea, sino angustiante... No, no, claro que no, angustiante no es mejor que fea, pero para mi describe mejor la emoción. Angustiante, por qué? Porque es como estar cocinando un pastel, ansioso por probarlo y cada vez que vas a buscar un ingrediente para incorporarlo, algo te falta y tenés que salir corriendo a buscarlo. Pues claro que es "estresante". Y es un "estrés" que, como dicen en mi tierra:"dura hasta que se termina".
Por darles un ejemplo, desde mayo estoy diseñando las cerchas para sostener el techo de plástico. Pues bien, esas cerchas no estuvieron definidas sino ¡hasta hace una semana!. Otro ejemplo: Deseábamos construir primero la bodega para tener un área techada para trabajar y la techada de la bodega ¡no más empezó ayer!.
¡Puf!
La ilusión que me hago, sobre todo en momentos de tensión es imaginarme, sobre esa arena desparramada y entre las columnas que levantadas y que aún no sostienen ningún techo, las pirámides o bancales con frondosas lechugas, los enormes tallos de apio creciendo como titanes y los delicados tomatitos cherry brotando como un aguacero de las delicadas ramas. Eso es lo que me anima a seguir y me da esperanza de que, lo feo de esta etapa, lo angustiante, será un día no muy lejano solo un recuerdo. Y así será.

miércoles, 12 de agosto de 2009

Bitácora: Página IV El curso

Pues bien, el día del curso llegó y el profesor Miguel resultó ser no solo una persona muy agradable sino ingeniero agrónomo experimentado en estos temas y muy dispuesto a ayudar a esta pobre gente ignorante que estábamos ahí (bueno lo de ignorantes, lo digo no más por mi, porque hasta ese día no había tocado ni el libro).
Creo que José Miguel no necesitó hablar más de 10 minutos para que quedara completamente cautivada con el tema, para cuando llegó el receso yo no cabía en mi de la emoción, me había llenado de expectativas y se me había revelado algo que es obvio pero que como un as de luz penetró mi conciencia: las plantas son seres vivos. Y como a seres vivos habríamos de tratarlas.
No se qué mágico y profundo cambió causó esta certeza en mi, debe ser semejante a la emoción, inquietud e interés de una mujer a quien le han dicho que será mamá, se que es un poco burda la comparación, pero como no soy madre, es lo más próximo a la alegría y entusiasmo que experimenté ese día; por lo mismo fue que desde ese momento todo lo que quise saber era el qué, cómo, por qué y para qué de cada tema.
Otra cosa importante y valiosa fue el esmero que puso José Miguel en ofrecernos todo tipo de material adicional al curso que nos sirviera de apoyo para nuestras consultas "agronómicas".
Escuchar a los compañeros también fue interesantísimo y revelador, me di cuenta de la pasión de todos por la naturaleza y cuán aventajados estaban sobre mi en relación a esto, lo que -ciertamente- me inspiró.
Otra Inspiración, con mayúscula, fue Miguel, el jardinero de Corazón Verde, a quien le correspondió mostrarnos aspectos prácticos importantes sobre la elaboración del semillero, el transplante, siembra, elaboración de bancales, y mil detalles más. Fue muy divertido escucharle decir:-"Ay, qué estrés!". Lo decía cada vez que, queriendo concentrárse en lo que hacía, no lo dejábamos por razón de nuestras entusiastas preguntas. Con todo y todo, creo que Miguel también la pasó bien con nosotros.
Hacia el último día del curso teníamos la gira a tres invernaderos fuera de la provincia de San José, la cual resultó muy provechosa, el viaje fue agradable, la visita a los invernaderos muy instructiva y tanto el almuercito como el viaje de regreso estuvieron fenomenales.
Ok, me dije, ya estoy lista para empezar a sembrar.

domingo, 2 de agosto de 2009

Más recipientes

Tal y como te prometí, te traigo recipientes para hidroponia con el propósito de darte más ideas de cómo seleccionarlos y utilizarlos.

Algunos de estos, como verás, son de tecnología avanzada (como los que tienen iluminación) pero no prestes atención a eso sino al hecho de que -efectivamente- puedes recurrir a luz artificial para ayudar a tus plantas a recibir la luminosidad que necesitan en tu departamento.

Un detalle importante que debes considerar a la hora de elegir un recipiente es que éste debe ofrecer, tanto al follaje como a la raíz de la planta, el espacio para crecer. Cada planta necesita un espacio diferente, más adelante veremos el asunto de las profundidades y distancias.

sábado, 1 de agosto de 2009

El sustrato

El sustrato es el material que necesitarás luego de haber conseguido al proveedor y los recipientes.
La función del sustrato es la de sostener las raíces de la planta y permitirles crecer en un ambiente propicio.
Los sustratos pueden ser de varios tipos, pero su característica principal es que debe ser material inerte.


Qué tipos de sustrato?
Bien, eso depende de la zona en la que vivas y la oferta de materiales de que dispongas. Nosotros, por ejemplo, en esta zona disponemos de arena de río y arena de tajo de varias calidades, también podemos conseguir relativamente fácil granza de arroz, carbón y piedra volcánica.
Habrá lugares en otras partes del mundo que ofrezcan sustratos completamente diferentes, por eso es importante que hables con tu proveedor y que investigues en las tiendas de plantas, mucho mejor si llegas a ponerte en contacto con gente que ya está produciendo hidroponía en tu zona.
La elección del sustrato, depende entonces, de la zona en la que vives y la oferta de materiales de que dispongas. También depende de otra cosa importante:
- La humedad relativa de tu zona.
Has de aguzar tus sentidos para determinar, sin un complejo aparatejo que se utiliza para esto, la humedad existente en aire. Eso lo observas en la experiencia de la vida cotidiana. Yo, por ejemplo, se que mi zona es muy húmeda porque las piezas de cuero se llenan de hongos, porque si no hay viento, la ropa puede tardar días en secarse. En los pisos de cerámica, que cuanto la humedad es muy alta, se ven y se sienten húmedos. Deberás observar y determinar la humedad que existe o la falta de ella.
Por qué? Porque eso te servirá para elegir el sustrato o la mezcla de sustratos que vas a necesitar. Por ejemplo, yo tendría que utilizar por la altísima humedad de mi zona y para cultivar en invernadero, una mezcla de granza de arroz con carbón, porque la granza conserva humedad pero el carbón retira el exceso
Pues bien, creo que por el momento esto es lo que necesitas saber sobre sustratos, ahora, manos a la obra, investiga los tipos de sustratos de los que dispones, luego continuaremos esta plática.

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